¿Por qué son importantes los metadatos?
Los metadatos se describen a menudo como todo excepto el contenido de sus comunicaciones. Puedes pensar en los metadatos como el equivalente digital de un sobre. Al igual que un sobre contiene información sobre el remitente, el destinatario y el destino de un mensaje, lo mismo ocurre con los metadatos. Los metadatos son información sobre las comunicaciones digitales que envías y recibes. Algunos ejemplos de metadatos son
- Va línea de asunto de tus correos electrónicos
- la duración de tus conversaciones
- el intervalo de tiempo en el que tuvo lugar una conversación
- su ubicación cuando se comunica (así como con quién)
Históricamente, los metadatos han estado menos protegidos por la ley en algunos países -incluido Estados Unidos- que el contenido de las comunicaciones. La policía de muchos países puede obtener los registros de a quién llamó usted el mes pasado con más facilidad, por ejemplo, que organizar una intervención de su línea telefónica para escuchar lo que realmente está diciendo.
Los que recogen o exigen el acceso a los metadatos, como los gobiernos o las empresas de telecomunicaciones, argumentan que la divulgación (y recogida) de metadatos no es gran cosa. Por desgracia, estas afirmaciones no son ciertas. Incluso una pequeña muestra de metadatos puede proporcionar una visión íntima de la vida de una persona. Veamos lo reveladores que pueden ser los metadatos para los gobiernos y las empresas que los recopilan:
- Saben que pasas unos minutos a la semana en los portales de empleo y que recibes frecuentemente llamadas de reclutadores. Pero no saben de qué hablaste.
- Saben que llamaste a la línea de prevención de suicidios desde el puente Golden Gate. Pero el tema de la llamada sigue siendo un secreto.
- Saben que recibiste un correo electrónico de un servicio de pruebas del VIH, que llamaste a tu médico y que visitaste la página web de un grupo de apoyo al VIH en la misma hora. Pero no saben qué había en el correo electrónico ni de qué hablasteis por teléfono.
- Saben que recibiste un correo electrónico de un grupo activista de derechos digitales con el asunto "Digamos al Congreso: Detengamos la SESTA/FOSTA" y que llamaste a tu representante electo inmediatamente después. Pero el contenido de esas comunicaciones permanece a salvo de la intrusión del gobierno.
- Saben que llamaste a una línea de sexo telefónico a las 2:24 de la madrugada y que hablaste durante 18 minutos. Pero no saben de qué hablaste.
- Saben que llamaste a un ginecólogo, hablaste durante media hora y luego llamaste al número de la clínica abortista local más tarde ese mismo día.
Proteger los metadatos de la recopilación externa es un problema difícil técnicamente, pues con frecuencia terceras partes necesitan acceso a los metadatos para conectar tus comunicaciones con éxito. De la misma manera que la parte exterior de un sobre necesita ser legible para un cartero, las comunicaciones digitales suelen estar marcadas con el origen y el destino. Las compañías de teléfonos móviles necesitan saber con aproximación dónde está tu teléfono para hacerle llegar las llamadas.
Los servicios como Tor esperan limitar la cantidad de metadatos que se producen a través de los métodos comunes de comunicación en línea. Hasta que las leyes se actualicen para tratar mejor los metadatos y las herramientas que los minimizan se extiendan, lo mejor que puede hacer es estar al tanto de los metadatos que transmite cuando se comunica, quién puede acceder a esa información y cómo podría ser utilizada.